Llegada a Piedrahita desde Bejar. El puente es un horror ingenieril de estos últimos años, económico, funcional y sin ningún sentido de la estética. Comparado con los puentes del siglo XVIII piedrahitense se echan de menos los arquitectos-ingenieros franceses que dieron forma al palacio, sus alrededores y muchas zonas urbanas de la villa.
No se si será porque la mano de
obra era barata, entonces, y se podía construir mas por menos, o porque los
artistas antiguos pensaban en su obra como una proyección hacia un futuro de
siglos y no como un salir del paso hasta que acabara “la legislatura”.
He estado a punto de cambiar la
forma del puente, pero esto hubiera sido contradecir el espíritu de Urban, así
es que he elegido un buen ángulo y me he preocupado mas del ambiente y del color
que de la ingeniería.
12 comentarios:
Publicar un comentario