lunes, 8 de diciembre de 2014

Medina Sidonia, la Atalaya de la Bahía.

Arco de la Pastora. Siglo X. 5.12.2014
Cuando llegan estas fechas la gente se lanza a por esos polvorones que los habitantes de pueblos como Estepa llevan fabricando con ilusión desde el verano; de fama merecida.
No obstante, los alfajores de Medina, no tienen comparación; y eso porque se hacen de modo tradicional y cobijados entre algodones, al resguardo que le proporcionan los vientos y las luces de la práctica totalidad de las comarcas gaditanas.  
Castillo Ducal. S. XV. 13.5.2014
Desde lo más alto de Medina, en el Cerro del Castillo; podemos observar los pueblos de la Bahía, incluso se observa el Segundo Puente, pero es que también observamos Rota y por la noche hasta el faro de Chipiona, Chiclana y las luces de Conil enlazando con toda la costa de la Janda. Si volvemos la vista atrás, Alcalá, Paterna, Arcos, y hasta la sierra de Grazalema. Me pregunto por qué no me había fijado antes. Seguro que es porque cada vez que subo al castillo, vengo de comer de su mesón y la sangre no me llega más arriba del esófago.
Iglesia Sta Maria Mayor la Coronada. s.XVII. 31.12.2013
De entrada, uno de las antiguas puertas de la ciudad, el Arco de la Pastora, nos avisa de que es un pueblo árabe, ¿pasaría por esta antigua puerta califal la reina Blanca hacia su destino fatal en la torre que vemos dibujada? Pero si subimos las calles hacia el castillo, resulta que es un pueblo romano -calzadas, cloacas y columnas de dos milenios- y hasta fenicio.
A lo largo de todo estos doce meses, y en distintas visitas, he realizado estos dibujos de lo que a mi juicio son los monumentos más característicos de la población, que con motivo de las X Jornadas de Puertas -del 4 al 8 de diciembre- abiertas son visitables gratuitamente, salvo la Iglesia tardogótica de Santa María la Mayor -y es que con la iglesia hemos topado-. Debería ser gratis, por lo menos durante estas jornadas, al menos porque muchas de las piedras que la componen pertenecen al pueblo, a su castillo.

Ermita visigoda de los Santos Mártires. s. V. 13.5.2014

La ermita de los mártires es sin duda, por su singularidad, antigüedad y contenido simbólico, el edificio que más hemos de cuidar y divulgar. De no ser por Carlos, su ermitaño, habría caido en en el olvido para las nuevas generaciones; un sitio tan diminuto y con tanta historia; pero no voy a contarla, dejaré que lo haga su custodio, pues escucharlo merece la pena, ah, y ¡no olvidéis rubricar el libro de visitas!.

3 comentarios:

Fernando dijo...

Buena historia y buenos dibujos. Así conocemos la cuna de esos dulces. Somos golosos...qué le vamos a hacer.

Eduardo Baamonde dijo...

Excelentes apuntes Jonatan. Enhorabuena!

Esperanza dijo...

Que buenos todos, Jonatan! Me encanta la sencillez del castillo y la ermita está espectacular!