jueves, 26 de febrero de 2015

Cadiiii, cuna de la libertad

Arco del Pópulo -Puerta del Mar-

     Ya ha pasado el Carnaval 2015, y la ciudad se siente un poco rara; esta vez se ha quedado esperando un manto de serpentinas que avanza por el suelo como una planta rodadora del desierto. ¿Será que cada vez la gente es más limpia o que los peques son menos carnavaleros? Cuando llegaba a mi casa con mi disfraz limpio no necesitaba sacudirle los papelillos...¿dónde están los colores y los olores?
     Para buscar el color, los visitantes han decidido darse un paseo y mirar esas fachadas decoradas con pintura plástica que tanto me gustan. Los colores de Cádiz son los de una ciudad ligada al mar, pero no los de sus casas, que por ende deberían ser azul y blanco como un disfraz de los Hombres del Mar -Paco Alba, 1965-. 
     Aquí los aires marinos están en cada uno de los guiños que las calles le hacen al océano; por ejemplo, la Puerta del Mar. Por aquí entraron marineros, corsarios y filibusteros, comerciantes, pero no pasan los rayos del sol.
Alameda Apodaca con marea baja

     La alameda es otro de esos sitios marineros, y no miento cuando digo que aquí no hacen falta papelillos para ver un espectáculo de colores; juzgadlo vosotros mismos. Esta fue una de esas mañanas de invierno en que por fin se disipaba la niebla y los geranios supervivientes volvían a respirar; este dibujo no descansa en mi cuaderno pues reposa en una casa donde lo miman con esmero y el otro también.
Alameda Apodaca otra vez.


La comparsa Los Faroles de la Alameda le cantaba por pasodoble a La Balaustrada con un tonillo nostálgico:

En la balaustrada, como un centinela,
contando los barcos que pasan de largo,
o siendo testigo de nuevos amores o viendo legiones de niños jugando... 
 Enrique Villegas, 1978
     Y es que Cádiz, lo mires por donde lo mires es como una persona, tres cuartas partes es agua. Estamos en una isla unida a una tierra firme, que se tambalea hasta en Albacete, solo por un puente y por un tómbolo de arena que ya quisieran los de CSI Miami, custodiado por una torre, la Torre Gorda.

 

Las torres son seguramente lo que más une a Cádiz con el mar, sino subiros a mi azotea y lo comprobáis; ¿donde está mi azotea? Una pista... mirando al mar se esconde entre las calles de la ciudad -La Bella Escondida, Luis Rivero, 2006-.

2 comentarios:

Fernando dijo...

Ya veo, ya veo que no te gusta nada Cádiz... Bellos dibujos.

Jonatan Alcina Segura dijo...

jeje sí Chagua, en efecto hay que vivirlo para quererlo. Muchas gracias por tu comentario