barra menú

jueves, 13 de febrero de 2014

Sevilla

Dicen que Sevilla es amante, misteriosa reina mora, flamenca y elegante. Que enamora al mundo por su manera de ser, por su calor, por sus ferias...que en Sevilla tuvo que ser.
Así que para allá nos fuimos. La última vez que estuve en Sevilla, fue a principios de los noventa con motivo de un viaje de fin de curso. Mis recuerdos eran vagos a la par que lejanos.
-
El primer hecho diferencial: ¡el viaje!. Si en el del noventa se me quedó grabado el Puerto de Despeñaperros, en éste me sorprendió la rapidez.  En apenas tres horas y media, llegamos. Glups, a veces añoro el "Estrella de Galicia", pero esa es otra historia.
-

-
Llegamos con tremenda ilusión... y con calor. Para ser Octubre, el termómetro marcaba 26ºC. Cuatro horas antes en "Zirigoza", habíamos salido con diez menos.
Sol, gente, ambiente, buena gastronomía, cercanía, dulzura en el hablar, colorido, "no viento", buenos desayunos, aceite, jamón, edificios, costumbres, entender la vida, calle, charla, no prisa, vida, solemnidad, caballos...la calle "Por Amor de Dios" que tanta gracia le hacía a Ferto,  son sólo algunas de las sensaciones que me vienen a la cabeza recordándola. Y también arte, dibujo y personas.
-

-
En las horas a las que me iba a desayunar coincidí varios días con estudiantes de Bellas Artes de la Universidad de Cambridge que estaban realizando un curso en Sevilla. Hablamos en "spanglish", vimos y compartimos dibujos. También estuvimos -Ferto y yo- con Inma Serrano y Aurora Villaviejas un par de horas, dibujando en una exposición de coches. -
--
Al día siguiente, camino de Triana y por recomendación de María José Barrera llegué al Paseo de la "O" de Triana. Justo debajo del puente que une ambas Sevillas, observé un puesto en donde una Bella dama andaluza exponían una serie de dibujos que me "sonaban". "Ipso facto" pregunté: ¿Dónde está el dueño de estos dibujos?. Ahí detrás, me respondió la que luego resultó ser la mujer de Alfonso García. Un enormísmo placer. Hablamos de técnicas, de cómo lo hacía, materiales, cuadernos, de todo. Mientras, mi "marida" le preguntaba a la suya... que dónde podíamos comer bien. Quedamos en vernos pronto. Eso espero.
Ese mismo día pero en otro sitio, en la Plaza del Museo de Bellas Artes descubrí a otros artistas. Pero una en especial captó mi atención. Tanto es así, que le compré una lámina en acrílico, que después ya en mi casa, no pude evitar reproducir en mi cuaderno: Carmen Encinas. Me pareció fascinante su estilo.
-

-
Como veis, Sevilla además de todo lo que dice la canción, también tiene grandísimas personas-dibujantes.
-
Buena Cortesía

2 comentarios: