Urban Sketchers Spain. El mundo dibujo a dibujo.: Quién dibuja y dónde: Telesforo Zabala

Hola a todos. Estoy encantado de poder participar también de este blog.

Soy biólogo y profesor de secundaria y bachillerato en Marbella, donde vivo desde hace treinta años, con algún paréntesis en Málaga.

Desde niño me gusta dibujar y pintar: mi madre sigue guardando algunas pinturas enmarcadas hechas a los 10-15 años. Mis años de Universidad y primeros de vida profesional supusieron un paréntesis en mi afición; otras ocupaciones y aficiones llenaban todo mi tiempo y lo dejé como algo de otra época y poco importante.

Pero el gusanillo estaba ahí. Siempre me ha atraído y he disfrutado con la práctica… ajena. He de reconocer que a veces me entraban ganas de retomar la afición, pero pensar que era perder el tiempo o la vergüenza de algo que me parecía malo, frenaba esos impulsos.

La amistad con un colega, pintor de verdad, me llevó a volver a coger los lápices y pinceles. Apreciar lo que hacen otros, a pesar de los defectos y errores, me llevó a soltarme y a perder ese miedo tonto a la crítica. Desde entonces ya no lo he dejado.

También hago acrílicos grandes en estudio, pero lo permanente es del natural y con acuarela, apropiándome y reflejando lo que veo. Y siempre procuro salir con amigos, en los que me reconozco, para ayudarles a quitar el freno, soltarse y disfrutar con la pintura.

En ese contexto, descubrir el grupo USK fue una grandísima sorpresa y alegría: gente con la misma afición-pasión, que se reúnen para pintar juntos, a los que enseñas lo que haces y ves lo que hacen, de los que aprendes, que de alguna manera tiran de ti y que además están cerca. Aunque no siempre pueda acudir, me siento muy unido al grupo y el contacto a través de los dibujos que compartimos en internet es permanente.

La petición de poner un autoretrato en esta entrada, me ha llevado a hacer el primero. Sí, nunca lo había hecho; prefiero dibujar a otros. Como siempre dibujo y pinto del natural, no me iba a traicionar en este caso. Así que me he puesto ante el espejo y, en un folio corriente, con un bolígrafo de tinta azul y acuarela (con cuidado y paciencia, porque ese papel no es para esto) al segundo intento me ha parecido que podía servir. El resultado es de una seriedad exagerada, pero es el gesto relajado que me devuelve el espejo, qué se le va a hacer.