En el instituto nuevo, los padres y profesores e incluso algunos alumnos tratan de poner un poco de color en el erial que bordea el edificio plantando unos arbolitos, creo que unos frutales y unas coníferas, no se si lo lograrán, pero el campesino que tenemos oculto en nuestro interior algunos madrileños, esta muy feliz por su iniciativa.
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