Hace días que os espío con envidia. Siempre pienso "de hoy no pasa, hoy me lanzo a la calle y me llevo al cuaderno alguna iglesia". Pero todavía no he conseguido vencer el pudor que me impide dibujar en la calle si estoy sola. Con el frío que hace y lo lenta que soy no me parece bien recurrir a los amigos para que me acompañen, así que sólo consigo dibujar interiores de bares y caras conocidas. El dibujo que hice el domingo pasado en un pequeño rastro de la Plaza de San Bruno, en Zaragoza, es la mayor aproximación al espacio exterior que he conseguido. Aprovecho que gracias a las indicaciones de Xuan he aprendido a colgar imágenes grandes para lanzaros mi primer saludo:
4 comentarios:
Pues muy buen e ingenioso comienzo!
Estupendo¡. Viva tú¡
Venga, todos a hacer la ola: ¡Heleeeeena!, ¡Heleeeeena!, ¡Heleeeeeena!
Xuan, cómo se nota tu origen marino: dos pinceladas, un barco; tres palabras, una ola.
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