El Puerto de Santa María, otra versión

Varios de mis ilustres colegas me han precedido en el relato de este 33º maratón de dibujo, así que ya sabéis a estas alturas que empezamos dibujando en una bodega. El lugar escogido se llamaba "la sacristía" y los allí presentes, de forma inconsciente -y bastante absurda- no podíamos evitar hablar en voz bajita dentro de aquel recinto casi conventual... Tras una copita de vino oloroso por gentileza de Osborne, (qué menos, les vamos a hacer publicidad gratuita) nos fuimos a dibujar desde un mirador sobre los tejados de la ciudad. Víctor y yo nos subimos a lo más alto del Hospitalito, como podéis ver en esta foto de nuestro amigo Ubalio.

A la vista de ambas versiones (aquí su estupendo dibujo), si Víctor me permite la chanza, me pregunto si no será que él ve la vida de color de rosa y yo veo el panorama muy sombrío... Bromas aparte, y tras una muy prolongada comida, con los consabidos retratos sobre el mantel de papel, acabamos junto a la desembocadura del Guadalete, donde varias embarcaciones de diversos tipos se encontraban amarradas al muelle. Como algunos ya conocéis mi fijación por toda clase de objetos flotantes, no pude resistirme a dibujar esta vetusta draga llamada "Semafi Dos":

Así acabó la jornada de dibujo, ahora tocaba vuelta a casa con la agradable sensación que siempre queda después de compartir un día de dibujo entre amigos, ya pensando en la siguiente....