viernes, 1 de junio de 2012

Montesa


A esta ciudad que se halla en mi obligado paso por Valencia, le debía una parada por el impacto que causa en mí su aspecto. Vistas desde la  carretera, las ruinas de su impresionante castillo,  derruído por el terremoto de 1748, dan fe del esplendor de un pasado que se disputaron árabes y cristianos.
En un intento de recuperar su prestigioso recinto en el que se hallaban  iglesia, convento, palacio y cuarteles, se han reconstruído algunas de sus estancias y hoy día se pueden visitar, aunque dificlmente le devolveran la grandeza que se adivina tras su voluminosa silueta.

2 comentarios:

joshemari dijo...

Laura, esta acuarela es preciosa y con unos colores muy adecuados a la luz del mediterráneo. Me gusta mucho la pintura y toda esa cultura que nos aportas con esa explicación de lo que representan esas ruinas. Cuando pase cerca me detendré a visitarlo. Por lo que cuentas, vale la pena.
Un abrazo.

Santiago Ríos dijo...

Preciosa acuarela