Si lo que vemos desde la ventana de nuestra casa no nos inspira o nos tiene un poco cansados, lo mejor es ir de visita. Allí, aparte de los dueños de la casa hay ventanas nuevas desde las que poder dibujar. Eso es lo que hice el otro día. Usé un cuaderno pequeño, de los que caben en el bolsillo, un rotulador y un pincel con una carga de tinta gris.
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