Jerez de los Caballeros

Un apuntillo más de este verano, donde en el sur hemos podido escoger libremente entre que nos devoren las simpáticas medusas o nos ase a fuego lento el astro rey. En este caso, lo segundo, porque Jerez de los Caballeros es uno de esos clásicos pueblos que se acogen a la denominación de "Camino de...". En particular, éste está en la ruta de la Plata, que la gente transita menos ahora que hay autovía Sevilla-Extremadura todo el camino hasta Mérida. Aparte de tener más cuestas que una pista de monopatín, el pueblo puede presumir de castillo y muralla y, más concretamente, de ser el último baluarte de los templarios en España, donde la monarquía de la época -Felipe el Hermoso, para más datos- dió una clase magistral de como se trataba a los bancos (o, ya puestos, a quien encartara) cuando no casaban con el poder. Para más datos, de rescatar algo tendrían que haberlo hecho del fondo del precipicio, que la Torre Sangrienta no recibió su nombre de gorra. En fin, buen sitio para echar un día si os coge de camino a alguna parte.