viernes, 14 de diciembre de 2012

Viviendo al límite

El tío me miraba cada dos por tres, y yo en el cercanías, simulando que dibujaba a su vecino y pensando:
"al final me mete una galleta, ya verás tu la tontería del dibujito".


6 comentarios:

Teresa Giménez Pous dijo...

Ha valido la pena arriesgarse.

clara dijo...

¡tonto sería!. Aunque yo me he tenido que bajar del autobús por dibujar a una señora. Le ví la cara y antes de que me dijera algo salí por piernas un par de paradas antes de la mía.

Patrizia Torres dijo...

Cuántas veces he tenido yo esa sensación de riesgo peligrosísimo. Pues bastantes detalles le has puesto a tu retrato robado...

Rincón dijo...

Conozco la sensación...en esos casos prefiero dibujar niños que pegan mas flojo

Juan María dijo...

mi ventaja es que mis dibujos no se suelen parecer al modelo, pero sí,... a veces...

bien dibujado!!

Santiago Ríos dijo...

Si a veces da mucho corte