Por si alguien pensaba que ir a Madrid por un solo día a ver una obra de teatro en que bañan en sangre (artificial) a las 6 primeras filas era el culmen del frikismo, resulta que no, que puede ser peor (y que conste que en ésto en particular yo era una mandá). Resulta que en Madrid hay de todo y, para rematar la faena, se puede una ir a comer a un restaurante medieval, donde los camareros visten de época y la comida está (más o menos) sacada de recetas tradicionales. Esto viene a ser, olvídate de todo lo verde (salvo que lleves gominolas en el bolsillo) y no te preocupes por ingerir grandes cantidades de aguamiel (al que le guste, para mí está demasiado dulce), que vas a tener el estómago alicatado en grasa. Para los más débiles -como una servidora- tienen algunas recetillas fuera de época que en vez de tumbarte del tirón simplemente te condenan a una digestión modelo anaconda. La ventaja es que no me tocó conducir de vuelta. En fin, yo diría que la relación calidad/precio no está mal y que merece la pena probarlo.
3 comentarios:
Felicidades por tu trabajo, es maravilloso y me ha llenado muchísimo. Besitos.
http://redecoratelg.blogspot.com.es/
Lo mismo digo! Me encantan tus textos tanto como tus dibujos.
Gracias a las dos! Ultimamente sólo dibujo restaurantes y baretos, me lo voy a tener que mirar :D
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