lunes, 4 de marzo de 2013

De museos

El arte en cualquiera de sus expresiones deriva de cubrir necesidades físicas de los seres humanos. Asistimos a un museo para contemplar una expresión humana que grita, quiere salir, ser vista y escuchada. Esa manifestación de talento nos puede gustar o no, pero el principio contemplativo, ya ha sido cubierto.
Siempre me había planteado la visita a un museo de principio a fin, como el que se lee un libro del tirón o se come una caja de bombones de una sentada. Hoy en día he aprendido a disfrutar de aquellas piezas que llaman mi atención, las disfruto de manera diferente fijándome en matices en los que antes, a lo mejor, no reparaba.
Si además te llevas de recuerdo un par de dibujos, por lo menos, mis expectativas iniciales, ya han sido cubiertas.





1 comentario:

Isabell Seidel dijo...

Me he sonreído mucho al ver tu dibujos y el texto que lo acompaña porque me recuerda a un profesor que tuve en mi primer curso de pedagogía "Arte en espacios públicos" y cuando nos recibió en su despacho para hablar del trabajo escrito que había entregar sobre un pequeño proyecto de investigación y una chica se quejó de la cantidad de literatura que nos había recomendado le miró con esceptisismo y le dijo que sólo un cerdo se comía el libro entero. A ver cuando nos sentamos juntitos a dibujar algunas pocas piezas bien escogidas, Antonio
XD