Por fin un día verdaderamente primaveral. Sol, brisa suave, temperatura ideal, un mar fantástico,... y a dibujar uno de mis rincones preferidos de Cambados: San Tomé. Aprovechando las últimas luces de la tarde. Uno de esos momentos en los que recobramos la serenidad y el ánimo para seguir en la brecha. Con la brocha.
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