martes, 22 de abril de 2014

Con ceras acuarelables en Orés

 Esta semana santa ha sido un poco rara en cuanto a dibujo, que no lo he hecho mucho. Estuve en Arnedo y no dibujé, y luego me fuí a Orés y hasta el segundo día no hice ni un garabato. Tocaba sketchcrawl y me auto convoqué.
 Luego ya pasó como el rascar...todo es cuestión de empezar. Y más si sale un día desapacible, húmedo, lloviendo y con niebla y te quedas viendo el paisaje tras la ventana.
 Descubres que el paisaje cambia por momentos, incluso desaparece en la niebla. Disfruté dibujando frente a la ventana y con las ceras acuarelables. No sólo descubrí aspectos distintos del paisaje, descubrí maneras distintas de trabajar con las ceras. Con contados colores. Necesitaba mezclas y rápidamente...Y aplicando el salpicado dí con estos trazos que parecen de acuarela, parecen los de siempre, pero yo se que no. La textura, el procedimiento, la rapidez, la intensidad del color...distinto...divertido.
 Y aquí mi venganza a las nuevas naves en el paisaje... no las dibujo. Plantan naves delante de mi ventana afeando la vista...pues con la varita mágica del dibujo...ya no están. Y desde la caseta de los cazadores, lo mismo: el valle con contraluces y sin la nave... eso sí, el cementerio es propio del paisaje. Y aunque no lo creáis esa línea azul en el horizonte es la Sierra del Moncayo.



2 comentarios:

shiembcn dijo...

Te han quedado muy chulos Clara.

Juan María dijo...

muy majicos y mágicos