sábado, 14 de junio de 2014

UNA BARCELONA DIFERENTE: PARTE II

 
Por fin se hizo la luz, y ya no me bajé de la bicicleta en los días que me quedaban eb BcN, ahora la cosa era dirigirme a toda prisa a los sitios que quería dibujar. Por ejemplo, para dibujar esto tuve que aprovechar las obras de mejora de la calzada de la Diagonal, allí, en Passeig de Gracia sentado casi en medio de la calzada pasando coches y motos y algún que otro bus.
 La gente me miraba como si fuera el hombre araña escalando una torre de cincuenta pisos, pero muchos guiris se arrimaban para fotografiar desde mi punto de vista, y es que como dije al principio de la otra entrada, me hubiera gustado dibujar tipismo pero no se podía; por un lado la selva que cubría las fachadas de la manzana de la discordia  y que según me comentan en invierno no es para tanto. Por otro lado las obras de la Pedrera la tenían completamente andamiada y cubierta, así que lo dejo para otro viaje. 
De la Sagrada Familia no hablemos, es de las pocas veces que decido no dibujar la realidad al cien por cien, paso de grúas.
 Lo bueno de ir en bicicleta es que el tiempo transcurre de otra manera, puedes hacer todo lo que te propongas, de hecho para dibujar la Sagrada Familia tuve un tiempo muy limitado, ya que mi avión despegaba en breve y arriesgué demasiado; la próxima vez el reto será dibujarla bocaabajo, fijándome en el reflejo del lago cristalino, solo lo veréis si os acercáis antes de las doce; después de eso solo veréis gente rara haciendo cosas de tres rombos entre la oscuridad, como si fueran gatos monteses al acecho de algún ratoncito .
 
 
El estudiar Historia me ha hecho comprender que todo tiene un paralelismo, así podemos ver que Gaudí se ha fijado en este gótico impresionante para crear un estilo modernista propio de un castillo de cuento, Gaudí se reía del gótico pero a la vez le rendía homenaje mejorándolo y dándole aires de modernidad; por un lado rompía con la medievalidad del casco antiguo pero por otro lado mantenía un equilibrio, una continuidad de estilos; así BcN seguía siendo gótica, pero modernista. Tras haber estado en el Palacio Nacional en la Plaza España cualquiera podría decir que la Sagrada Familia también se parece al fastuoso órgano de aquel palacio.
Las murallas romanas son toda una puerta al bario gótico y una puerta a la imaginación, ya que permite pensar en carolingios, templarios, comerciantes transpirenaicos que pasarían con sus ropajes y hablas extrañas a una ciudad condal. Hoy no se entra a caballo, pero si te pasean con unas extrañas bicicletas con techo que poco tienen que envidiarle a un coche capota de bebé.

Sé que viniendo de Cádiz es un poco cómico que con todas las cosas que hay en BcN me fije en la playa, ya que precisamente es de las pocas cosas de las que vamos sobrados en el sur,  pero como todo tiene su lugar, pues nada, creí divertido recorrer en bicicleta desde la Barceloneta hasta el monumento de Colón fijándome en lo que encontraba a mi paso, lo que más me llamó la atención fue este monumento hecho por Mariscal para la puerta de un restaurante, la GAMBA, aunque en verdad es una cigala con sus pincitas.
La cerveza Moritz me la regalaron en una tienda de bellas artes al comprar una pluma para dibujo, gran detalle; para el que no la conozca es una cerveza de BcN.



 Aunque no soy partidario de dibujar cosas muy altas en el cuaderno apaisado por razones estéticas y espaciales, la enseñanza de Sagar, todo cabe en el papel, me vino muy bien; este es el resultado, contagiado de su uso de los bolígrafos de colores,
 
 
 
 
 
 
 
 La última experiencia fue alucinante, subir  a la azotea del hotel Ohla, en plena via LAietana y mirar cara a cara a los pináculos de la Catedral, una pasada, aunque lo que fue una pasada fue el precio de los gin tonics

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