Atravesamos la ciudad desde el extrarradio hasta nuestro destino ensimismados con móviles, tablets o libros. Vamos navegando por los mundos imaginarios del ciberespacio, de los libros, de los sueños... La gente viaja tan sumida en sus asuntos que no les importa demasiado que haya un tipo dibujándoles.
Un viaje dentro de otros viajes, uno real y otros imaginarios. Mientras, el tren circula a toda velocidad clavando su punta en el corazón de la ciudad como una bala disparada desde los lejanos suburbios.
La señora que acabo de dibujar se levanta y ocupa el asiento de enfrente. La vuelves a dibujar pero ya no es la misma.
Otra chica se sienta enfrente con su gorra marinera, tan abrigada que parece que viene de Siberia y de pronto aparece este señor que se parece a Lenin y se sienta a su lado…
La chica que me mira está recibiendo una charla insoportable del señor que tiene a su derecha. Detrás hay una profesora con un pelucón increíble y a su izquierda una mujer con una expresión inquietante. En cualquier momento se vuelve y ataca al charlatán ¡que tensión!
Me encanta este juego…
3 comentarios:
A mí también me encanta ese juego, Fernando, y tus dibujos más.
Excelentes reflexiones y dibujos.
Es como si te hubiera acompañado en el viaje. Lo estoy viendo. Saludos
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