miércoles, 18 de febrero de 2015

Again on the train. De Barberà a Sant Joan Despí (viaje de ida y vuelta).


El tren es el mejor lugar para dibujar gente. Siempre disfruto de los retratos de Lynne Chapman en "el tren" y de muchos más que hacen lo mismo. Los viajeros son modelos pacientes que a veces son amables y posan ante ti durante 20 minutos o, a veces, menos, y esta incertidumbre fuerza tu velocidad de dibujo. Los durmientes de día son los modelos más agradables, después de los adictos a los teléfonos inteligentes. Mientras dibujo en el tren no puedo evitar que mi mente empiece a inventar historias sobre la vida de la gente, con mucho drama o felicidad, cosa que depende de la apariencia caras.

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2 comentarios:

Patrizia Torres dijo...

Incertidumbre a que los dormidos abran los ojos de repente o que los absortos te pillen dibujándolos...
Me gusta esta composición, Victor.

Swasky dijo...

Gracias, Patrizia! mola dibujar a gente en el tren o en el metro. Lo imprevisible hace que tengas un subidón, además me encanta escuchar. Los lectores cada vez más son sustituidos por los dedo-agitadores. Aquellos que no paran de mover el dedo sobre las pantallas táctiles.