18 al 23.03.2015
En el resto de wilayas lo reconocen: Dajla es la más bonita.
Es como un inmenso pueblo, o una sucesión de ellos, que son sus dairas, pero
bien formado. No se ve un trazado arbitrario ni fuera de control. Las jaimas se
distribuyen dando esa sensación de sosiego que siempre recibimos de lo clásico,
de lo tradicional.
Salgo a dar un paseo. Observo la daira (en este caso, el
ayuntamiento). Otro edificio singular. Con sus cupulitas, su patio, su arbolado.
Alivia encontrar árboles con cierta frecuencia. Luego me pongo a dibujar un
corral de adobe, acostumbrado ya a aquellos hechos de chapas y mallas como los de
Bujdur. Tanto adobe y arena, me llevan irremediablemente al mundo bíblico. Y me gusta.
Me rodean los chavales y no me dejan; están de vacaciones. Tengo que
decirles que se pongan enfrente para un retrato. Me escriben sus nombres en el cuaderno. Les encanta participar.
Esa disposición de las casas, de las jaimas, que se agrupan
formando núcleos más o menos separados, me parece muy acogedora. Y también la
composición de cada jaima, compacta, cerrada, abierta al cielo en el patio
interior. De aspecto muy distinto a las que se organizan sin muros de Agti, mi daira en
Budjur.
El cementerio es especial. Parece que en un principio estaba
a las afueras. Pero a medida que lo rodeó la wilaya fue necesario cercarlo. Y
así consigue el suficiente clima de recogimiento, estando, como está, en una
zona de paso.
También me choca ese edificio grana con cúpulas, donde mi
colega el artista mexicano, Javier Arango, está pintando un mural. Le llaman el
Club. Es como el salón de usos múltiples. Desde congresos a fiestas.
Hay un oasis en mi daira y se ha acondicionado, montando una
cafetería-terraza, que solo se usa en el festival de cine del Sahara, Fisahara.
Porque la gente de aquí no tiene por costumbre ir a cafeterías ni restaurantes.
Se lo arreglan muy bien intercambiando visitas con té.
Viajero en Tindouf/Dajla:Apuntes urbanísticos
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