Segovia en Julio.

Este mes he tenido la suerte de pasar unas semanas cerca de Segovia, Patrimonio Cultural de la Humanidad, ciudad que no conocía y que me ha encantado. Como es lógico, iba con ganas de dibujar con tranquilidad, sin prisas, con afán de ir "cubriendo objetivos".

Para no dejarme nada interesante sin trabajar, antes de enfrascarme con Segovia, miré los pueblos cercanos y pedí consejo a los conocidos. Sin dudar, me señalaron El Encinar como una manera de empezar. En efecto, muy cerca de mi alojamiento está este pueblo, del que me atrajo inmediatamente su Iglesia de San Eutropio.

No quise cargar las tintas, pero sobre su tejado había 10 o 12 nidos de cigüeñas, que revoloteaban por allí como Pedro por su casa.

Lo siguiente fue descubrir los jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, ya muy cerca de Segovia. Al llegar, antes de entrar al recinto de los jardines y palacio, me quedé prendado de la majestuosidad de las secuoyas y abetos, y a ellos dediqué mi primera parada.

Por cierto, con muchos turistas orientales disfrutando del espectáculo de ver a uno pintando y, cómo no, haciéndome fotos y haciéndose fotos conmigo, como si fuera una estatua o fuente más de las muchas que hay allí. Eso si, pidiendo permiso amablemente.

El día que entré en los jardines me quedé en el primero: el Parterre de la Fama (nombre de la fuente que tiene al fondo). Después de pedir en la oficina el obligado permiso para pintar (cosa curiosa, puesto que no hay ningún problema para hacer fotos), que me facilitaron para el resto del mes, allí me quedé, bajo una sombra que prometía durarme.

Y por fin Segovia: espectacular. Para un habitante de la Costa del Sol, donde todo son Hoteles, Urbanizaciones, chiringuitos... una ciudad monumental es la gloria.

Es difícil decir qué me gustó más, pero donde primero decidí sentarme y empezar a trabajar fue en la plaza e iglesia de San Martín, ante la escultura del comunero Juan Bravo.

Otro día, otra plaza de iglesia románica, con unas casas que la completan y que aún conservan su sabor medieval, la de San Lorenzo, con su torre mudéjar.

Y por fin, una vista del Skyline de Segovia, desde la Vera Cruz: un lujo!