miércoles, 18 de noviembre de 2015

Belchite. ¡No más!

Hace unos días el grupo de Zaragoza nos acercamos a Belchite a dibujar las ruinas del Pueblo Viejo y entre la niebla y la pena que dá estuvimos en una congoja. Bien llevada, como estos encuentros siempre nos deparan, pero con un nudo en la garganta. Al cabo de los días, no es que haya más guerras, siempre las hay, pero todos tenemos más presente el terrorismo, la destrucción y el dolor. En Belchite pedíamos que no cayéramos en tanto error, y no hacemos más que repetirlo. El hombre es el único animal que cae dos veces en la misma piedra, y lo peor: que se destruye (una y otra vez) a él y todo lo que le cae a mano
Lo veas como lo veas Belchite es una pena que tenemos todos, ejemplo de lo que no hay que permitir que vuelva a pasar jamás: ni una guerra, ni una destrucción, ni una ruina, ni un abandono, ... Lo único que tiene que volver a pasar es que vayamos más veces a dibujarlo para ser testigos gráficos de un pasado que nunca debiera haber sucedido. Es de reconocer que las ruinas tienen mucho de decadencia hermosa, más bajo la niebla. El rojizo ladrillo cambiable con la luz es tan intrigante y seductor como la historia cruel del lugar. Quieres saber más, ver más, retener más y pensar lo bonito que sería ahora Belchite,...BELCHITE, el único, ni viejo, ni nuevo : Belchite.
Ahora desde casa pienso en Belchite y los puntitos de niebla que nos mojaban los recuerdo como agujitas de pena que me daba pensar en lo vivido y ocurrido. Por un lado te imaginabas la vida cotidiana: las risas, las celebraciones, los hastíos, y por otro:  el día fatídico, la muerte, la destrucción,  el abandono, la desesperación...
Impactante visita. Jornada estupenda de dibujo en buena compañía
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