Caracena es un pueblo que me gusta. Subido en una lengua caliza flanqueada por dos barrancos, asciende su calle principal hacia la bella iglesia de San Pedro. Es una sensación de paz y tranquilidad el sentarse en su galería. Abajo quedó la de Santa María. Más arriba su castillo del siglo XV.
Un puente salva el cauce del río Caracena. De origen romano, fue reconstruido en el siglo XII.
Se puede caminar por los alrededores. Hay rutas marcadas.
2 comentarios:
bonita estampa, composición cromática de lujo
Saludos, Clara. El sitio tiene algo de mágico.
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