Hace unas semanas tocó en Logroño la Filarmónica de
Bruselas: Connesson, Prokófiev, Debussy y Ravel.
No soy entendido en música sinfónica, pero me gusta mucho
cuando es en directo. Y además estos rayaban la perfección y eso, en una música
tan intensa, te cala en los huesos. No creo que mis dibujos tengan más calidad
cuando dibujo mientras la escucho, pero hacerlo así me hace sentirme muy bien. Los
instrumentos clásicos en directo transmiten una vibración que no es posible
percibir de otra manera.
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