El pasado 28 de febrero se realizó una actividad artística interesantísima en Granada. Llamada Realejo JAM consistía en una jornada de graffiti entre la Cuesta del Caidero y las Vistillas, sobre los muros que dan a la calle del colegio de Santo Domingo. Total unos 200 metros lineales de recorrido que serían como 500 ó 600 m2 de muro para rellenar por los artistas de graffiti invitados por El Niño de las Pinturas.
Para mí, la experiencia ha sido inolvidable pues, aunque ya me entusiasmaba eso de poder pintar un graffiti alguna vez, esta ocasión era única. Además me permitió conocer mucha gente interesante y, sobre todo, perder el miedo al trabajo insólito, para mí, de pintar un trocito de muro.
Cuando llegué y miraba el extraordinario trabajo que habían hecho los graffiteros unos días antes preparando el fondo, pensé que aquello no se llenaría por muchos artistas que apareciesen. Craso error pues tras unas 10 horas de sesión durante la cual fueron apareciendo poco a poco artistas con sus botes de pintura, Creo que entre 50 ó 60 artistas dejaron su impronta en el susodicho muro, cada uno con su estilo y sus técnicas.
Aprendí mucho y sobre todo a perder el miedo al qué dirán. Al final creo que mi trabajo encajó en el conjunto sin ser demasiado evidente mi falta de experiencia, pero ahí quedo mi trabajo, y sobre todo, el trabajo de los fantásticos aristas que me rodearon hasta rellenar el último centímetro cuadrado de muro.
No obstante, si cuelgo este artículo aquí se debe, fundamentalmente, a que salió mi vena Urban Sketcher e inportalicé a algunos de ellos en vivo y en directo, como marcan los objetivos de los Urban Sketchers.
Por aquí cuelgo mi trabajo y los de los colegas graffiteros.
Para mí, la experiencia ha sido inolvidable pues, aunque ya me entusiasmaba eso de poder pintar un graffiti alguna vez, esta ocasión era única. Además me permitió conocer mucha gente interesante y, sobre todo, perder el miedo al trabajo insólito, para mí, de pintar un trocito de muro.
Cuando llegué y miraba el extraordinario trabajo que habían hecho los graffiteros unos días antes preparando el fondo, pensé que aquello no se llenaría por muchos artistas que apareciesen. Craso error pues tras unas 10 horas de sesión durante la cual fueron apareciendo poco a poco artistas con sus botes de pintura, Creo que entre 50 ó 60 artistas dejaron su impronta en el susodicho muro, cada uno con su estilo y sus técnicas.
Aprendí mucho y sobre todo a perder el miedo al qué dirán. Al final creo que mi trabajo encajó en el conjunto sin ser demasiado evidente mi falta de experiencia, pero ahí quedo mi trabajo, y sobre todo, el trabajo de los fantásticos aristas que me rodearon hasta rellenar el último centímetro cuadrado de muro.
No obstante, si cuelgo este artículo aquí se debe, fundamentalmente, a que salió mi vena Urban Sketcher e inportalicé a algunos de ellos en vivo y en directo, como marcan los objetivos de los Urban Sketchers.
Por aquí cuelgo mi trabajo y los de los colegas graffiteros.
Y por aquí un video del resultado del graffiti (casi terminado).
3 comentarios:
Extraordinario, son extraordinarios tanto los grafitis como tus dibujos.
Que impresionante y hermoso trabajo!
Hermosa tú arte
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