Cada vez que viajo reservo una página del cuaderno para apuntar en potpourri las delicias gastronómicas del lugar visitado o sus rarezas.
Es bien sabido que Burdeos es una de las regiones vitivinícolas más conocidas del mundo, pero me llamó mucho la atención cómo la cultura del vino está impregnada en sus ciudadanos desde muy temprano. Cuando son niños asisten a constantes conversaciones alrededor del tema y se acostumbran a oler y descubrir los matices diferentes a la vista (ojo, en esta región productora, Aquitania, se da el menor índice de alcoholismo de toda Francia...). No hay bordelés que se precie que en la mesa no hable de la botella de vino presentada, meta la nariz en la copa y durante un buen rato calibre su olor, o levante el vaso para estudiar la coloración de la lágrima y comente la añada o la cosecha.
Dibujar olores es muy complicado, espero que este dibujo cumpla con el tema de la semana del grupo de Flickr.
2 comentarios:
Qué bueno ... y qué hambre a estas horas :D:D:D
El olor llega hasta aquí
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