El primero es de unas casas a media ladera subiendo el puerto de la Morcuera. Me coloqué en un lugar a resguardo y pinté los robles sin hojas y los pastos secos de un invierno frío y sin lluvias.
El segundo es una vista casi desde el mismo lugar pero levantando los ojos hacia la lejanía. Ya era noche cerrada y Madrid y los pueblos colindantes contaminaban el cielo con toda su fuerza. La vista era dificil pero desde donde estaba tenía luz suficiente para ver el cuaderno y los colores. Merecía la pena intentar un nocturno con contaminación lumínica incluida, un testimonio que desde hace tiempo tenía ganas de pintar.
10 comentarios:
me encanta el último, aún pasando la contaminación lumínica siempre me ha parecido un bonito paisaje la oscuridad de las laderas conjugada con las luces de pueblos y ciudades!
Fantásticos, muy bien conseguido el efecto nocturno.
El de la contaminación lumínica es superoriginal. Recuerdo que cuando me fui a vivir a Madrid me rallaba muchísimo ese cielo.
No hay mal que por bien no venga. ¡Bravísimo ese nocturno!.
No se cual de los dos me gusta mas. Fantásticos los dos
el nocturno, con sus blancos y sus textos y flechas ... cuasi abstracto, es muy sugestivo... y "mark-rothkiano" Me gusta mucho
Buenas, Pedro. La nocturna impacta.
Gracias a todos por los comentarios.
Ha sido un fin de semana muy aprovechadito.
Me gustan los dos.
Me quito el sombrero Pedro que pedazo dibujazos.
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