Ahí os va mi felicitación navideña. Es un Papá Noël marinero. Para más señas, originario de Rías Baixas. Se compró el traje en un chino hace tres años. Se le descosió y le encogió, pero no tiene ni un céntimo para otro nuevo. El tinto de las tabernas y la pesada dorna en la que rema lo dejan sin aliento. Va desperdigando por la ría relucientes regalos. Sólo se mantienen a flote los que contienen únicamente sueños, cuadernos y quimeras. Una gaviota le sisó el más preciado: un anillo trenzado con filigrana de pura ilusión.
MUCHOS LÁPICES, PINCELES Y CUADERNOS PARA TODOS DESDE CAMBADOS!
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