El arquitecto Josep Maria Jujol (1879-1949) va realizar una obra heterogénea, en la que el misticismo catolicista se mezcla con mecanismos creativos basados en el collage y la caligrafía dentro de una exaltación que podríamos calificar de surrealista, antes de las teorizaciones de André Breton y sus seguidores.
Sus obras más espectaculares están situadas en el Baix Llobregat y en los alrededores de Tarragona. La torre Gibert o de la Creu (conocida popularmente como “Torre de los huevos”) de 1913, en Sant Joan Despí está resuelta con una combinación de cilindros y esferas que mucho tienen que ver tanto con los precedentes de las iglesias románicas catalanas como con el anuncio de posteriores experimentos vanguardistas de Bruno Taut, Erich Mendelsohn y Melnikov. Por su parte, Can Negre, también en Sant Joan Despí, es el producto de la renovación de una masía de finales del siglo XVII. La casa transformada por Jujol se vuelve un recinto de pura devoción mariana en el jardín del paraíso. El tratamiento de la fachada es el resultado de un diseño intencionadamente escenográfico. Jujol deja las aberturas en sus ligares originales, pero las transforma en base a nuevas molduras, envolviéndolas con un despliegue plástico de esgrafiados y convierte el balcón del primer piso en una original tribuna que semeja una carroza, una forma derivada de los sueños más profundos que trastocan la realidad, un elemento lleno de surrealismo y que, en este sentido, puede considerarse de vanguardia. La modificación del espacio interior es mágica, una obra maestra de la arquitectura, sobretodo la escalera, que se transforma en una especie de ascenso al cielo en un ambiente de un azul intenso, nubes pintadas y luces que penetran oblicuamente, convergiendo en una cúpula con un ángel.
Torre de la Creu, Passeig de Canalies, 14 |
Can Negre, plaça de Catalunya s/n. |
Escalera interior de Can Negre |
La obra de Jujol es un despliegue de materiales, formas, caligrafías y pieles que se superponen en un nuevo universo en que el barroco revive en el surrealismo, paradójicamente en un ambiente de extrema devoción religiosa.
Aparte de estas dos obras, Jujol va construir una serie importante de casa particulares, entre otras la suya propia, que pese a basarse en los estándares racionalistas igualmente estará presente su repertorio decorativo. En estas obras encontramos una de una absoluta modernidad, la casa Serra-Xaus (1921-1927). Este edificio deja atrás la monumentalidad modernista y presenta unas nuevas formas más depuradas, y una espectacular tribuna cúbica. Así y todo, la parte decorativa remite a los trabajos clásicos de Jujol, los esgrafiados y los apliques cerámicos.
Casa Serra-Xaus, c/ Jacint Verdaquer, 29. |
Lamentablemente, durante la dictadura franquista, la obra de Jujol se convierte en academicista y decadente. Las razones pueden estar en el catolicismo ortodoxo, conservador y franciscano (contrario a la exuberancia y la ostentación, típico del modernismo inicial), aunque probablemente la razón más importante sea la imposibilidad de su propio sistema arquitectónico que no podía sobrepasar la escala doméstica y las técnicas tradicionales. Su obra tiene sentido en el ámbito del trabajo manual y artesanal, pero pierde calidad cuando recurre a materiales industriales y seriados. La mayor limitación de Jujol va ser la incapacidad de su arquitectura para seguir los avances tecnológicos, y por tanto quedará desfasada en el tiempo.
5 comentarios:
Fantásticos Daniel en tu linea!
Buenísimos los dibujos. Es un fantástico homenaje a un gran arquitecto, pintor y diseñador.
Vaya lectura tan interesante... Los dibujos hablan por sí mismos.
Muchas gracias a todos por los comentarios
Magníficos dibujos, e interesantísimas explicaciones. Gracias Daniel.
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