Día de fuerte viento en el puerto pesquero de Isla Cristina. Hay muchos barcos amarrados, porque probablemente la mar no esté para faenar, pero el trabajo continúa en el puerto.
Yo me siento y me refugio tras un murete para protegerme y que no se me vuelen los avíos de dibujo. La acuarela seca casi de inmediato. Aspiro el olor a mar y a pescado y escucho a las gaviotas por encima de mi cabeza... Los marineros hablan mientras arreglan sus redes y comentan que les queda allí para rato.
4 comentarios:
Gracias por compartir esta bella escena. Sí huele a mar !!!
Preciosa acuarela
Graciassss... ;)
Genial Aurora, parece un reportaje, estamos con los pescadores totalmente, y es verdad que huele a mar!
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