En espera de escanear el cuaderno que nos entregó la Fundación tres Culturas os hago un adelanto, pero decir que no estaba yo muy dibujadora que digamos. Emocionada por el recibimiento, por la atentísima organización a la que estoy muy agradecida por dejarse convencer por unas bellísimas andaluzas de que podría ser interesante que os contara mi simple y personal relación con el cuaderno y la razón de que se me nombre, no como cuadernista, (que hay mejores ejemplos a seguir, véase el caso de Miguel Herranz) sino como emprendedora de una actividad tan accesible como la de dibujar en grupo y pasártelo bien. No tengo más mérito que ser juerguista con ganas de dibujar y compartir dibujos (mejor de otros, que lo que me gusta a mí es ver dibujos). Gracias a todos, en especial a la "Fundación Tres Culturas" por tratarme tan bien y a Inma, a Aurora y a Celia por pensar en mí (yo también lo hago)
Después de un maravilloso, caluroso e intenso fin de semana en Sevilla vuelvo a Zaragoza y me encuentro emprendiendo el nuevo curso con los amigos del cuaderno. Se presenta dinámico. Me recibe el cierzo dándole fuerte y fresquito. Me hace añorar, más si cabe, la Sevilla calurosa y cromática. Me visto con camisa roja de lunares blancos como para mantener el espíritu del Sur. Mis compañeros dibujan a mi alrededor preparando la exposición dedicada a Zaragoza que inauguraremos el jueves 26. Rellenan desplegables a varias manos y yo dibujo en mi cuaderno. El rotulador de IKEA cala los colores de El Pilar sobre el cielo de Sevilla y mi primera rabia se conforma con salpicar cielo donde hubo nubes y saberse de nuevo en casa acompañada de buena gente cuadernante. Así que dibujamos las monjitas turistas haciendo la ruta mariana y luchamos con el viento que nos enreda los papeles y los pensamientos.
Aquí unas páginas de mi cuaderno. De una cara Sevilla vista desde la terraza del hotel con unos 39º y sin nada de aire, y a la vuelta El Pilar de Zaragoza con un cierzo de unos 45Km/h y unos 15º de tª.
Ah¡, aprovecho para recordar: el 26 la exposición, el 24 recogemos los
cuadernos y montamos (18h. en Aragonia, sótano).
Después de un maravilloso, caluroso e intenso fin de semana en Sevilla vuelvo a Zaragoza y me encuentro emprendiendo el nuevo curso con los amigos del cuaderno. Se presenta dinámico. Me recibe el cierzo dándole fuerte y fresquito. Me hace añorar, más si cabe, la Sevilla calurosa y cromática. Me visto con camisa roja de lunares blancos como para mantener el espíritu del Sur. Mis compañeros dibujan a mi alrededor preparando la exposición dedicada a Zaragoza que inauguraremos el jueves 26. Rellenan desplegables a varias manos y yo dibujo en mi cuaderno. El rotulador de IKEA cala los colores de El Pilar sobre el cielo de Sevilla y mi primera rabia se conforma con salpicar cielo donde hubo nubes y saberse de nuevo en casa acompañada de buena gente cuadernante. Así que dibujamos las monjitas turistas haciendo la ruta mariana y luchamos con el viento que nos enreda los papeles y los pensamientos.
Aquí unas páginas de mi cuaderno. De una cara Sevilla vista desde la terraza del hotel con unos 39º y sin nada de aire, y a la vuelta El Pilar de Zaragoza con un cierzo de unos 45Km/h y unos 15º de tª.
Ah¡, aprovecho para recordar: el 26 la exposición, el 24 recogemos los
cuadernos y montamos (18h. en Aragonia, sótano).
1 comentario:
En estos dibujos tuyos... de Sevilla es más sereno que lo Zaragozano.... Y eso que aquí estamos como motos!
Se te echa de menos muchísimo ahora...
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