
Llegada a Piedrahita desde Bejar. El puente es un horror ingenieril de estos últimos años, económico, funcional y sin ningún sentido de la estética. Comparado con los puentes del siglo XVIII piedrahitense se echan de menos los arquitectos-ingenieros franceses que dieron forma al palacio, sus alrededores y muchas zonas urbanas de la villa.
No se si será porque la mano de
obra era barata, entonces, y se podía construir mas por menos, o porque los
artistas antiguos pensaban en su obra como una proyección hacia un futuro de
siglos y no como un salir del paso hasta que acabara “la legislatura”.
He estado a punto de cambiar la
forma del puente, pero esto hubiera sido contradecir el espíritu de Urban, así
es que he elegido un buen ángulo y me he preocupado mas del ambiente y del color
que de la ingeniería.
4 comentarios:
Sí, muy logrado, rápido, capturado, el ambiente, luz y color, ... la belleza siempre se abre paso, resplandece.
(La reflexión sobre el puente es necesaria y combativa, gracias Pedro)
Rotundo. Muy bonito
Hola Ale, cuanto tiempo!, gracias por tu comentario.
Clara, gracias por pasar por aquí.
Un saludo a los dos.
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