A los que nos gusta el modernismo y tenemos la posibilidad
de disfrutarlo y dibujarlo en la ciudad de Barcelona, sabemos que la mayor concentración
se da en tres lugares, el Eixample, la parte alta de la ciudad y el cementerio
de Montjuïc, la necrópolis más grande de la ciudad.
Cuando la poderosa y emergente sociedad catalana del siglo
XIX empezó a aflorar con motivo de la explosión industrial, demográfica y el rápido
crecimiento urbanístico, se agotaron las posibilidades de enterramientos en los
cementerios de los barrios barceloneses, y fue entonces cuando se creó el
Cementerio de Montjuïc, en el cual tendrían cabida distintas creencias
religiosas, ya que en aquel momento la montaña ya albergaba una antigua necrópolis
judía desde la Edad Media.
Los mejores arquitectos, escultores y forjadores de la época
se pusieron manos a la obra para dejar constancia del poder económico que los allí
enterrados dejaban como antesala de la muerte, con panteones faraónicos y
esculturas realizadas por los mejores artesanos modernistas del momento.
1 comentario:
Preciosos Antonio, y una vez vistos los originales, la fotografía los desmerece. Una abraçada!
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