Estos días hemos hecho una escapadita a Oviedo/Gijón - un viaje relámpago para ver a la familia (y un gran surtido de hilos, tijeras, lanas, agujas, lazos, remaches y con lo que la costurera encuadernadora sueña). Al volver y pasar el puerto de Pajares paramos en Busdongo para desayunar y el olfato de Víctor nos llevó a la Casa Maragato de Busdongo. Allí no sólo disfrutamos de un desayuno espectacular con pan fresco, cecina de ternera, queso de la zona sino también de un ambiente único de una antigua venta fundada en los años 40 del siglo XIX, actualmente regentada por la quinta generación. Gracias a la generosidad de los propietarios podía realizar este dibujito rápido sobre papel de estraza en el que venden sus productos y llevarme un puñado del papel a casa para hacer una libreta y seguir dibujando.
Si pasáis por allí o recomiendo tomar un café de pote, probar la cecina casera y los sobaos pasiegos XXL, echar un vistazo a los centenares de botellitas con arena de las playas de todo el mundo y dejaros contar las anécdotas sobre aquel lugar encantador.