A veces me parece que por Cádiz no pasa el ritmo del tiempo y que es ajena al resto de la civilización. Y que las ruinas se aferran a lo que les queda de vida tratando de resistir al levante, al salitre y al cambio de mareas del océano Atlántico.
Me sobrecoge este paisaje, tan frecuente aquí y ver esta salina, de la época romana, cuyos tablones de madera están ya casi abandonados a su suerte, sin saber ni cómo han resistido a la interperie.
Como ocurre con las casas de pescadores. Siguen quedando estos rincones, un poco recónditos, en la Bahía.
Unas pequeñas barquitas se mantienen, porque los abuelos aún salen a pescar o porque han transmitido esta tradición a sus hijos o nietos, como estilo de vida, y porque la falta de trabajo aquí hace que la gente sepa vivir con lo que tiene y sacarle al mar ricos manjares.
7 comentarios:
Cádiz ha ganado mucho con tu fichaje querida amiga!! Buenísimos dibujos!
Qué buen sitio! Ya estoy deseando de que me lleves otra vez por ahí a comer pescaíto frito, en Cádiz se para el tiempo.
Pa fichaje tú, Joni ;D
Eso está hecho Inma!
Eres la dibujante más grande que conozco. Que lo sepas!
Se me cae la baba...
anda dejad el vino,...jajaja
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