Los dibujos que te salen sin previo aviso tienen un encanto especial. Un día estás con un trabajo muy meticuloso y, aburrido, cojes las acuarelas, te pones a dibujar y ves que las cosas encajan sin esfuerzo, como me ha pasado con esta acuarela de Charo leyendo. Es como un regalo del inconsciente o algo así.
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