Sea por motivos de trabajo en mi caso, o por vacaciones, siempre es un placer viajar a Venecia y pasear por sus callejuelas, admirar sus edificios desde los innumerables puentes y asomarse a los canales. Una ciudad única y mágica, pero delicada y frágil.
De todos es sabido el hundimiento paulatino de la isla y la preocupación que levanta este hecho entre habitantes, ingenieros y quizás entre los dirigentes políticos. Otra de las amenazas más serias es la de los grandes barcos de crucero : cerca de 600 cruceros hacen escala cada año en la Serenísima, vomitando más de un millón de turistas. Dicen que cada crucero que pasa delante de la plaza de San Marcos equivale al paso de 14000 coches, con unas vibraciones que afectan a cimientos y pilares, ventanas y estructuras. Y estos bichos enormes, más grandes que el edificio más alto de Venecia, suponen una seria amenaza para el patrimonio histórico de la ciudad.
Cuando yo visité Venecia el domingo pasado, me encontré con el puerto férreamente acordonado por la policía debido a una manifestación en contra de la entrada de las grandes naves en la laguna. Los venecianos protestan contra estos barcos -no contra los cruceristas, aclaran- y temen que cualquiera de estas moles colisione con algún edificio de la ciudad , como ocurrió con la nave que en abril derribó una torre de control en el puerto de Génova, causando varios muertos. Las embarcaciones que llegan a Venecia son bastante más grandes que la que causó el accidente de Génova, y, afirman los manifestantes, si un crucero tuviera problemas, necesitaría kilómetros de frenada, cuando en cambio pasan a 50 metros de las viviendas venecianas, o a pocos metros del Palacio Ducal...
Sin duda esta maravillosa ciudad es para pasearla y disfrutarla con los pies en la tierra, tomando conciencia de la belleza de sus edificios y anchura de sus calles y plazoletas. Y sobre todo para subirse a una góndola o a un traghetto y deleitarse en sus evocadores canales.
7 comentarios:
Me parece un estupendo reportaje con sus apuntes que aclaran todo y los enlaces que dejan ver la relación entre esta ciudad frágil, como tú dices, y los monstruos de barcos. Se entiende perfectamente por que los habitantes de Venecia están tan preocupados.
Me ha gustado mucho. Un bico
Vaya post tan currado. Se agradece Patrizia
¡qué dibujos tan frágiles(entiéndase como leves, sutiles, delicados)... como Venecia!
Mis padres habían visitado Venecia en varias ocasiones. Pero el año pasado llegaron a la Serenísima en su primer viaje de crucero que los traía desde las islas griegas. Y fue ahí cuando contemplaron con espanto y horror cómo su enorme barco se metía en el mismo Gran Canal, para delirio fotográfico del resto de cruceristas.
Mis padres han sido realmente el origen de este post, yo no me había fijado nunca en estos barcos anteriormente...
Gracias.
Patrizia una entrada muy interesante y bien documentada.
Nos estamos enloqueciendo demasiado... Gracias por compartir y dibujar otra barbaridad.
Cuanto encanto albergan estos dibujos. Felicidades Patricia
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